En nuestro primer viaje al extranjero con nuestro hijo, elegimos Valencia, España. En comparación con el bullicio de Barcelona y la solemnidad de Madrid, Valencia se presenta como una amiga amable y acogedora, con sus playas soleadas, deliciosa gastronomía y ciudadanos amables. Pero lo más importante: es una ciudad muy amigable para quienes viajamos con niños. Ya sean museos científicos, zoológicos, parques urbanos o un sistema de transporte seguro y accesible, Valencia demuestra ser ideal para un viaje familiar profundo. A continuación, comparto nuestra planificación del itinerario, experiencias reales y algunos consejos prácticos, con la esperanza de servir como referencia para otras familias que planean visitar Valencia con niños.
1. Preparativos previos: el viaje con niños requiere planificación detallada
Viajar con niños no es lo mismo que viajar solo o en pareja. Todo gira en torno a ellos, por lo que los preparativos deben ser más cuidadosos y realistas. No se trata de ver más, sino de disfrutar mejor. Nosotros elegimos viajar a mediados de septiembre, una época ideal: el clima en Valencia es templado, los días son largos pero ya no tan calurosos como en julio o agosto, y además se evita la saturación turística. Esto significa menos colas en museos y atracciones, más disponibilidad en alojamientos y mayor tranquilidad para moverse por la ciudad. También es un mes perfecto para visitar la playa sin que esté abarrotada, lo cual siempre es un plus cuando se viaja con niños pequeños.
1.1 Elección del alojamiento: ¿centro o playa?
Nos alojamos cerca del Jardín del Turia, una zona con mucho verde y cerca de los principales atractivos, como la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el Bioparc y varios parques infantiles. Esta ubicación también está bien conectada por metro y autobuses, lo que facilita los desplazamientos con niños y evita largos trayectos. Muchos apartahoteles familiares ofrecen servicios pensados para quienes viajamos con niños pequeños: desde cunas y tronas hasta cocina equipada y lavadora. Tener una pequeña cocina fue fundamental para nosotros, ya que pudimos preparar desayunos o cenas sencillas, especialmente en los días en que nuestro hijo estaba muy cansado para salir a comer fuera.
1.2 Equipaje
Nuestro hijo tenía cinco años durante el viaje, así que llevamos:
- Mochila infantil con botella de agua
- Protector solar y gorra para niños
- Snacks (como “recompensa” durante las esperas)
- Juguetes pequeños y libros para entretenerse en el avión o el metro
2. Transporte recomendado: combinar transporte público y caminatas
Valencia tiene un transporte público muy amigable para familias: metro, tranvía y autobuses están bien conectados, son puntuales y limpios. Muchos vehículos tienen espacio reservado para cochecitos o sillas de ruedas, lo cual facilita mucho los traslados con niños pequeños o bebés. Nosotros compramos la Valencia Tourist Card, que permite uso ilimitado del transporte público y ofrece descuentos en varias atracciones turísticas. Los niños menores de 5 años viajan gratis, lo cual supuso un ahorro adicional. Además, la tarjeta permite acceso gratuito desde el aeropuerto al centro, lo cual fue muy práctico al llegar con maletas y un niño cansado tras el vuelo.
También caminamos mucho, especialmente por el Jardín del Turia, que se convirtió en nuestro “corredor verde” diario. Esta antigua cama de río convertida en parque urbano es perfecta para pasear con niños: sus senderos amplios y sombreados permiten que los más pequeños corran libremente mientras los adultos pasean tranquilamente, sin coches cerca. Hay zonas con juegos, fuentes, bancos para descansar, y hasta alquiler de bicicletas familiares, lo que convierte cualquier trayecto en una parte más de la diversión.
3. Lugares imprescindibles para visitar en familia: aprender jugando
3.1 Ciudad de las Artes y las Ciencias (Ciutat de les Arts i les Ciències)

Uno de los complejos arquitectónicos más emblemáticos de Valencia y una parada obligatoria para familias con niños. Su arquitectura futurista ya despierta la curiosidad desde fuera, pero lo mejor está dentro. Le dedicamos un día entero y aún nos quedamos con ganas de más. Es un lugar donde el aprendizaje y la diversión se dan la mano en cada rincón, ideal para despertar la imaginación de los más pequeños y mantenerlos activos todo el día sin que pierdan el interés.
3.1.1 Museo de las Ciencias Príncipe Felipe
El favorito absoluto de nuestro hijo. Casi todas las exposiciones son interactivas y están pensadas para que los niños experimenten por sí mismos: desde misiones espaciales y simuladores de gravedad, hasta esqueletos humanos gigantes y juegos de lógica. Participamos en un taller de física diseñado especialmente para niños. Nuestro hijo se puso su bata de “científico” y, con una sonrisa que no le cabía en la cara, se lanzó a experimentar. Fue una de las actividades que más lo marcaron del viaje.
3.1.2 Oceanogràfic
El acuario más grande de Europa, dividido en zonas como el Ártico, aguas tropicales, mar Rojo, manglares y océano abierto. El túnel de cristal, por donde nadan tiburones y rayas justo por encima de tu cabeza, fue absolutamente impresionante. Nuestro hijo no dejaba de señalar y hacer preguntas. También disfrutamos muchísimo del espacio dedicado a los pingüinos, donde se pueden observar sus movimientos tanto sobre el hielo como bajo el agua. El espectáculo de delfines fue una experiencia mágica: música, acrobacias y mucha emoción. Recomendamos llegar con antelación para conseguir buenos asientos.
3.1.3 Hemisfèric
Vimos una película infantil sobre astronomía en una sala de proyección en forma de cúpula, que simula un planetario. La experiencia es envolvente y única: parecía que flotábamos entre planetas y estrellas. Aunque el audio estaba en español, las imágenes eran tan cautivadoras y didácticas que nuestro hijo no perdió detalle y salió con mil preguntas sobre el universo. Es ideal para despertar la curiosidad científica de los pequeños, y también para que los padres disfrutemos de una experiencia visual diferente.
3.2 Bioparc Valencia
Un zoológico inmersivo sin jaulas visibles, donde los animales viven en hábitats amplios y muy bien recreados. La separación entre animales y visitantes se logra mediante barreras naturales, como riachuelos, piedras o desniveles. Vimos jirafas, rinocerontes, leones, gorilas y hasta simpáticos suricatas muy de cerca, sin agobios ni prisas. Todo está diseñado para que uno se sienta en plena sabana africana. Nuestro hijo iba con su cuaderno de dibujos, tratando de dibujar a los animales que más le llamaban la atención. Además, el parque cuenta con una zona de juegos, áreas de sombra y mesas de picnic, lo cual lo convierte en el lugar perfecto para pasar medio día o incluso una jornada completa sin necesidad de salir.
3.3 Jardín del Turia y Parque Gulliver
El Jardín del Turia es una antigua vía fluvial transformada en un pulmón verde que atraviesa la ciudad por 9 kilómetros. Caminamos por él casi todos los días, ya fuera para llegar a los museos, para hacer un picnic, o simplemente para disfrutar de la tranquilidad que ofrece en pleno corazón urbano. Una de nuestras paradas favoritas fue el Parque Gulliver, donde una enorme figura acostada de Gulliver se convierte en un terreno de aventuras para los niños: pueden escalar por sus brazos, deslizarse por sus piernas o esconderse en sus bolsillos. ¡Un auténtico parque temático al aire libre, gratuito y absolutamente inolvidable para los más pequeños! Aconsejamos llevar ropa cómoda y calzado deportivo, porque aquí los niños no paran ni un segundo.
3.4 Mercado Central y alrededores
Puede que visitar un mercado no suene ideal para niños, ¡pero este sí lo es! El Mercado Central es una joya modernista que no solo ofrece productos frescos, sino también un entorno lleno de color, olores y sonidos que fascinan a los pequeños. Probamos frutas exóticas, zumos naturales recién exprimidos, jamón ibérico cortado al momento y dulces típicos como los turrones artesanales. Nuestro hijo estaba encantado con la posibilidad de elegir sus propias frutas y ver cómo se preparaban delante de él. Muy cerca se encuentran la Catedral de Valencia y la Plaza de la Virgen, lugares ideales para una caminata en familia. Aprovechamos para contarle a nuestro hijo la leyenda del Santo Grial, lo cual le dio un toque de aventura a la visita.
4. Comida para disfrutar en familia: sabrosa y segura
4.1 Paella Valenciana
La tradicional lleva conejo y verduras, pero muchos restaurantes ofrecen versiones para niños, con pollo o marisco suave. Comimos una deliciosa paella en un restaurante frente al mar. Nuestro hijo disfrutó tanto de la comida como de la vista.
4.2 Horchata y fartons
Un clásico de Valencia. La horchata (bebida de chufa) es dulce y refrescante, parecida a la leche de almendras. Acompañada de fartons (bollos alargados), fue nuestra merienda ideal. Horchatería Santa Catalina fue nuestro lugar favorito: ambiente bonito y atención excelente.
5. Compras familiares y recuerdos recomendados
Descubrimos varios souvenirs ideales para niños:
- Peluches de animales marinos (en el Oceanogràfic o Bioparc)
- Libros ilustrados sobre leyendas valencianas o naturaleza local
- Cerámica tradicional valenciana (como imanes o pequeños platos)

6. Consejos prácticos para un viaje familiar exitoso
6.1 Horario de la siesta
Muchos negocios cierran de 14:00 a 17:00. Planifica actividades interiores o una pausa en el hotel después de comer.
6.2 Ritmo de comidas
La cena en España es tarde (a partir de las 20:00). Lleva snacks o compra ingredientes para cocinar algo ligero en el alojamiento.
6.3 Flexibilidad
No sobrecargues el itinerario. Aunque los lugares estén cerca, con niños es mejor hacer dos actividades principales al día y dejar tiempo libre. Así todos disfrutan más y se evitan berrinches.
7. El encanto único de viajar con niños a Valencia
Este viaje nos dejó recuerdos maravillosos. Valencia no es una ciudad de “turismo frenético”, sino un lugar para saborear lentamente. Desde los experimentos en el Museo de Ciencias hasta las caminatas por el Jardín del Turia, cada experiencia fue un descubrimiento compartido.
Viajar con niños es sembrar semillas de curiosidad, comprensión y admiración. Si estás pensando en un viaje familiar a Europa, considera Valencia: una ciudad segura, accesible y repleta de propuestas culturales y naturales para todas las edades. Una aventura educativa y divertida para toda la familia.